miércoles, 21 de agosto de 2013

60.000 niños practican futbol infantil en todo el Uruguay en 2.000 partidos por semana

Es el baby fútbol de siempre; modernamente se llama fútbol infantil”, aclara Alfredo Etchandy acerca del nombre de la estructura directiva que en nuestro país orienta la actividad del popular deporte a nivel de niños de entre 6 y 13 años.
La organización núclea a 58 ligas y 598 clubes de todo el país, con sus distintas categorías, y a una masa de 60.000 niños, uno de cada tres de los que viven en Uruguay y tienen entre 6 y 13 años.
Se juegan 2.000 partidos por semana, y el niño va a disputarlos con los padres, lo que hace que semanalmente se desplacen unas 300.000 por el territorio nacional, puesto que los campeonatos nacionales en las categorías de 10, 11 y 12 años, se juegan en más de 80 ciudades.
100.000 partido anuales
Para tener una idea más precisa de lo que representa la actividad del fútbol infantil, basta con señalar que a lo largo de un año, en todas las categorías de la Asociación Uruguaya de Fútbol, hay 3.500 partidos, mientras que en ONFI esa misma cantidad se juega en dos semanas, lo que determina que se superen los 100.000 partidos anuales.Por eso Etchandy describe que “el fútbol infantil es más que un deporte, que una fábrica de jugadores, que una escuela para enseñar fútbol: es un movimiento social con un soporte de carácter deportivo. Esto es deporte, pero hay que tomarlo como un movimiento social que reúne a todas las familias y, además, tiene 1.100 árbitros y 4.000 orientadores técnicos trabajando, de un total de 6.093 que tenemos registrados a través de los cursos que ONFI ha realizado”.


El apoyo del Estado
Actualmente ONFI se encuentra bajo la órbita del Ministerio de Turismo y Deporte, que no sólo se limita a designar a los tres integrantes de la Mesa Ejecutiva: “El presupuesto de la organización, que hace obras y ayuda a ligas y clubes, anda por los $ 7.000.000 anuales y el 90% de eso lo aporta el Ministerio de Turismo y Deporte a través de partidas. Nosotros las recibimos, hacemos los gastos con la documentación correspondiente, eso pasa a la contaduría del ministerio, después al Tribunal de Cuentas y cuando queda aprobada una partida, recién viene otra”, explicó Etchandy acerca de una transparencia emparentada con la pureza de los 60.000 niños que corren detrás de la pelota.
En ese marco de sostén estatal, el fútbol infantil recibe otro tipo de colaboraciones, como la que el viernes 11 de noviembre concretó ANTEL, que donó 4.000 camperas y pantalones de equipos deportivos de abrigo, continuando con la línea de apoyo a través de la cual la empresa pública entregó 8.000 camisetas en los años anteriores.
“¿Pero nosotros podemos poner nuestra.?”, balbuceó —más que preguntar- en tono casi temeroso un dirigente de un club de Durazno y, como Etchandy adivinó e interpretó el contenido total de la frase trunca, y a su vez respondió afirmativamente, el directivo exclamó con alivio: “¡Aaaah. si también podemos poner la publicidad de nuestros sponsor, es fabuloso!”
Es que la donación de los equipos por parte de ANTEL, no persigue otra finalidad que la apuntada por su presidenta, Carolina Cosse: “estamos junto al deporte, apoyando a los niños, que son nuestro futuro, para quienes debemos trabajar, como dice nuestro Presidente José Mujica para que sean abrumadoramente mejores que nosotros”.
Merced al aporte estatal, precisamente, en este caso del Ministerio de Turismo y Deporte, las ligas y los clubes del fútbol infantil “no tienen que poner un solo peso”, enfatizó Etchandy, quien hizo notar que las entidades “no pagan pases ni afiliaciones, no deben contribuir al presupuesto de ONFI”.
Esto último tiene una importancia que supera lo que muchos podrían imaginar, y hasta ayuda a comprender la razón del alivio expresado por un dirigente de una modesta institución del interior, al saber que la ropa deportiva donada por ANTEL no coartaba la posibilidad de que, a través de otra publicidad en la misma, se pudieran obtener recursos.
El esfuerzo de las familias
Es que, más allá de las fronteras del apoyo estatal, que -entre otras cosas- permite que para la disputa de los campeonatos nacionales ONFI pague a las ligas $ 15 por cada kilómetro que recorren, hay áreas donde la lucha por sustentar la actividad del fútbol infantil se torna casi folclórica.
Un millón de dólares con tortas fritas
Sin ir más lejos, vale la pena detenerse en un dato aportado por el presidente de ONFI: “A nivel de todo el país, el fútbol infantil paga por arbitrajes alrededor de US$ 1.000.000, que los clubes y ligas solventan con la venta de tortas fritas. Es increíble, pero es así; la torta frita es el principal recurso que tienen los clubes de barrio para obtener recursos. Una madre lleva harina, otra las fríe en la cancha o en la sede, y el dinero queda para el club y así hacen frente a la organización de los partidos, a las compras de equipos y demás cosas”.
Aparte del apunte, jugoso, y de significado casi anecdótico, queda en pie, vigoroso, el trabajo para nada empírico de ONFI, que con los recursos que aporta el Ministerio de Turismo y Deporte, ha realizado -al margen de la ayuda económica a ligas y clubes- 184 cursos en todo el país para árbitros y orientadores técnicos, con la única finalidad de que las personas que estén cerca de los niños estén capacitadas para trabajar con ellos; de la misma forma que desarrolló cursos a distancia para darle la oportunidad de que adquieran esos conocimientos a quienes se encuentran en los distintos lugares de nuestro país.

                                                              Cantina Club Libertad Washington

Montevideo, UYPRESS

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